¿Cómo abonar el suelo?

Los fertilizantes aportan al suelo nutrientes esenciales. Por lo tanto, los fertilizantes son esenciales para abonar el suelo. Si el suelo de tu jardín no es rico por naturaleza, debes abonarlo para mejorar el crecimiento y el rendimiento de las plantas.

Los nutrientes se liberan de los fertilizantes en función de la actividad microbiana, la temperatura, el contenido de humedad y el pH del suelo. Así que haga un análisis de suelo para determinar el estado de su suelo. Todos los abonos contienen los elementos básicos, nitrógeno, potasio y fósforo, así como algunos minerales y micronutrientes como el zinc, el cobre, el magnesio, el azufre, etc.

Tipos de abono para fertilizar el suelo

En función de sus necesidades, puede elegir uno o varios abonos para fertilizar la tierra.

Abonos químicos: Estos abonos sintéticos dan resultados inmediatos, pero dañan el suelo a largo plazo. Están disponibles en forma de gránulos o de polvo. Utilícelos para ciertas hortalizas de estación fría, como la lechuga y los rábanos, para que los nutrientes se liberen rápidamente y pueda cosechar rápidamente.

Liberación lenta: Estos abonos granulares liberan los nutrientes lentamente en el suelo y garantizan resultados a largo plazo. Es menos probable que sean arrastrados por la lluvia. Son ideales para camas elevadas, jardines en contenedores y plantas de flor. Por ejemplo, metileno-urea, urea-formaldehído.

Liberación controlada: estos fertilizantes inorgánicos son concentrados y muy eficaces para aumentar el rendimiento. La temperatura y las condiciones del suelo no influyen en su rendimiento. Ideal para céspedes y plantas de flor, así como para huertos y jardines.

Cubierto: Estos fertilizantes están protegidos por una cubierta exterior de polímero, plástico o resina, y los nutrientes se liberan gradualmente en el suelo. El agua y la temperatura influyen en la tasa de liberación de nutrientes. Ideal para céspedes, parterres elevados, taludes de jardín, incluso con lluvia. Por ejemplo, Nutricote, Osmocote, etc.

Los abonos orgánicos, disponibles en el mercado o preparados en casa como compost o estiércol, son la opción ideal. Aunque liberan los nutrientes lentamente, mejoran constantemente la calidad del suelo y son respetuosos con el medio ambiente. Hasta que estos abonos orgánicos se descompongan, deben añadirse al suelo fertilizantes de liberación lenta o controlada. Existen abonos orgánicos específicos para el césped, los jardines en macetas, las rosas, los tomates, etc. Para las flores y los árboles frutales, añada harina de huesos o fosfato de roca blanda, harina de sangre o harina de alfalfa orgánica, gránulos de alfalfa.

Los abonos químicos líquidos o naturalmente orgánicos proporcionan nutrientes inmediatos a la planta. Los abonos orgánicos incluyen el té de compost, las algas, etc. En los jardines en contenedor, se utilizan regularmente abonos líquidos como el Nitrosol.

Métodos de propagación

Existen diferentes métodos para esparcir el abono en el jardín. Estos se explican en los siguientes párrafos.

Esparcimiento - En el caso de los céspedes o los jardines grandes, el abono seco se esparce antes de la plantación o la siembra utilizando herramientas como un motocultor, etc. Luego se incorpora al suelo. A continuación, se incorpora al suelo o se riega.

Aplicación en profundidad - El suelo se trabaja hasta una determinada profundidad. El abono seco o el abono orgánico se mezclan a fondo en el suelo con un motocultor o un arado. Abonado - Esparcir abono granular o materia orgánica alrededor de la base de las plantas o en bandas para las plantaciones en hilera. Es ideal para arbustos, plantas perennes y hortalizas. Fertilización básica - Aplique fertilizante líquido o hidrosoluble a la base de la planta y riéguelo. Dado que el agua absorbe los nutrientes, los fertilizantes líquidos son los mejores para las plantas y los árboles en contenedor.

Fertilización foliar - Para revitalizar la planta inmediatamente, aplique un fertilizante líquido diluido directamente en las hojas de la planta. Elija este método cuando la tierra esté demasiado seca para transferir nutrientes o cuando las hojas estén marchitas. Es el más adecuado para las plantas hortícolas y frutales. Conclusión

Abone el suelo antes de plantar o sembrar, preferiblemente con materia orgánica. De este modo, el suelo tiene tiempo suficiente para absorber los nutrientes. Después de la siembra, no puedes cambiar nada, así que prepárate y cuida tu suelo.