¿Cómo crear un jardín sostenible?

En contra de la creencia popular, es mucho más fácil crear un jardín sostenible que utilizar muchos medios artificiales. Un jardín sostenible es aquel en el que todos los aspectos del jardín se mantienen de forma natural, sin intervención humana. Este método minimiza el esfuerzo y se basa en medios naturales para preservar el verdor.

Para crear un jardín sostenible, es necesario conocer y comprender cómo sobrevive la vegetación de una zona. Por lo tanto, un estudio cuidadoso de la flora y la fauna es el primer paso para generar un jardín sostenible. Además, hay algunos pasos generales a seguir para crear un jardín sostenible. Estos son los siguientes:

Desarrollar un paisaje sostenible y mantenerlo.

La elección del terreno adecuado y su desarrollo global son factores muy importantes. Esto implica comprender los retos ecológicos del lugar y encontrar soluciones a estos retos. Estos retos pueden ser múltiples y estar relacionados con la erosión, la protección del agua, la lixiviación de nutrientes, etc. El objetivo del paisajismo sostenible es preservar el contenido mineral y de agua existente, reducir los residuos y evitar la escorrentía.

Lo ideal es no compactar el suelo. Un suelo bien labrado está más aireado y puede absorber más agua, evitando así la escorrentía. Además, permite que las raíces de las plantas se extiendan muy por debajo de la superficie. Esto nos lleva a la protección del agua. El agua, generalmente en forma de precipitaciones, es la mayor fuente de aguas subterráneas. Debemos organizar el drenaje del suelo de forma que permita la máxima infiltración del agua en el subsuelo. Además, el laboreo excesivo es perjudicial, ya que roba al suelo sus reservas de nutrientes. El reciclaje de materiales y el uso de compost son métodos naturales para aumentar el contenido mineral del suelo.

Selección de plantas sostenibles

En la mayoría de los casos, las plantas autóctonas son las más fuertes que sobreviven en una zona. Las especies foráneas necesitan un fuerte apoyo para establecerse. Las plantas sostenibles pueden resolver varios problemas. Pueden ser resistentes a la sequía e insensibles a las plagas y enfermedades locales, lo que reduce los costes de mantenimiento. Sin embargo, las plantas autóctonas no son necesariamente las únicas vulnerables. A veces, las especies exóticas pueden aportar una biodiversidad muy necesaria al ecosistema. Pero tenemos que tener cuidado cuando añadimos especies exóticas a la mezcla. A veces estas plantas se convierten en malas hierbas y destruyen la vegetación local.

El mantenimiento de las plantas sostenibles es mínimo y puede realizarse fácilmente. Esto contrasta con el alto coste de mantener las plantas inadecuadas. Además, las plantas pueden disponerse para que actúen como reguladores de la luz y la lluvia, en forma de grandes árboles (para dar sombra) y arbustos (para mejorar la infiltración del agua).

Utilizar métodos de cultivo y mantenimiento sostenibles

La naturaleza tiene sus propios métodos para mantener los bosques. Un bosque nunca crece hasta el punto de ahogar las maneras de vida existentes. Tampoco es tan escaso como para no poder alimentar el ecosistema. Lo mismo ocurre con los jardines sostenibles, que debemos tratar con la menor intervención mecánica posible. Nuestros antepasados no tenían cortacéspedes ni engorrosos tractores. El trabajo manual es duro, pero es la manera más suave de podar y cosechar.

Crear un jardín sostenible es un estudio de los caminos de la naturaleza. Aparte de la extinción repentina de ciertas plantas, la naturaleza siempre ha permitido la evolución y la aparición de especies resistentes. El hombre solo necesita imitar sus métodos para obtener resultados que duren una sola generación.