Las plantas no necesitan abono todo el tiempo si reciben suficientes nutrientes del suelo. El hecho menos conocido es que las plantas no necesitan abono, pero el suelo sí.
Como podemos ver en los bosques, no se añaden fertilizantes, las plantas consiguen su crecimiento de forma natural. Las plantas necesitan nitrógeno, fósforo y potasio para su crecimiento. Los nutrientes, como el nitrógeno, no se adhieren firmemente al suelo y son fácilmente arrastrados.
¿Qué son los abonos? Los fertilizantes son productos que hacen que el suelo sea más fértil o lo preparan añadiendo nutrientes esenciales. Cuando las plantas crecen, eliminan todos los nutrientes esenciales del suelo y lo hacen menos fértil.
La mayoría de los suelos no sólo no aportan los nutrientes necesarios, sino que tampoco son lo suficientemente fértiles.
Por eso tenemos que añadir fertilizantes. Debido a la contaminación del suelo y a las catástrofes provocadas por el hombre, los suelos pierden día a día su calidad de nutrientes, lo que repercute en nuestra agricultura.
Para satisfacer la creciente demanda de alimentos, necesitamos fertilizantes. Los fertilizantes mejoran la calidad del suelo y aumentan la productividad agrícola. Los fertilizantes son necesarios para proteger a la planta de los ataques de los insectos y para mantener su correcto crecimiento y productividad.
Durante la fase de floración y fructificación, debemos abonar el suelo para que no pierda los nutrientes esenciales durante la fase de crecimiento.
Dado que las deficiencias del suelo son difíciles de detectar y los principales síntomas de las plantas no son fiables, es necesario realizar un análisis del suelo para resolver el problema. En función de los resultados, se pueden añadir fertilizantes.
Hay dos tipos de abono
Abono orgánico
Abono químico
El abono orgánico es natural y no se compone de sustancias químicas. Obtenemos la materia orgánica de la naturaleza. El abono químico se compone de sustancias químicas.
Los abonos químicos dan resultados muy rápidamente, pero también pierden su eficacia al cabo de un tiempo. Así que los agricultores tienen que aplicarlo una y otra vez. Los fertilizantes químicos matan a los microorganismos, que son una parte muy importante del suelo. Cuando los fertilizantes químicos se vierten en un río, dañan la vida marina y también tienen un impacto directo en nuestro ecosistema.
Se necesita tiempo para que se active en el suelo. Los agricultores deben aplicarlo desde el principio y a intervalos regulares. Si quieres obtener un buen resultado, primero tienes que preparar el suelo.
Los abonos orgánicos se mezclan bien con la tierra, aumentan la calidad del suelo y la productividad agrícola. El abono orgánico protege los microorganismos del suelo y ayuda a estimular la actividad agrícola.
Mientras que los fertilizantes químicos aumentan la acidez del suelo, los fertilizantes orgánicos reducen la acidez y mantienen el PH necesario.
El abono orgánico combate las enfermedades del suelo, ayuda a recuperar la fertilidad natural, ya que contiene hongos y microorganismos. Y lo que es más importante, reduce los costes y es respetuoso con el medio ambiente y fácil de usar.